Las nuevas tecnologías aumentan la productividad de los empleados, descargándoles de tareas repetitivas para poder enfocarlos en tareas de valor
Aunque solo ha transcurrido un puñado de años entre las dos imágenes de arriba, su diferencia es cualitativa. La de la derecha retrata una disrupción tecnológica, un cambio de mentalidad, otro paradigma laboral: el de la industria 4.0, marcada por la automatización y la digitalización para un antes y un después en factores socioeconómicos clave.
El trabajador industrial de hoy no solo cuenta con la seguridad básica (casco, arnés, gafas protectoras y chaleco reflectante), sino también tiene la ayuda de drones, visores de Realidad Aumentada, wearables, sensórica avanzada y cobertura 5G.
Asimismo, dispone de toda una red de recopilación, procesamiento y análisis de datos para multiplicar su eficiencia, cuidar su salud o incluso salvarle la vida en las tareas más peligrosas.
La industria se ha convertido en una conversación fluida entre personas, máquinas y aplicaciones. Y en definitiva ha empoderado al humano gracias a una nueva gestión del talento, perfiles profesionales inéditos y la seguridad como prioridad de la tecnología.
El uso de wearables, como relojes, cascos o chalecos conectados, reduce de forma drástica los tiempos de reacción, en caso de un accidente, y permite recopilar datos para fortalecer la política de prevención.
Los drones, con cámaras de alta resolución y módems 5G, ayudan a identificar y geolocalizar los diferentes elementos en una infraestructura, y son de gran utilidad para revisar algunos elementos de difícil acceso.
Aplicar la Realidad Aumentada y modelos 3D al diseño de piezas industriales permite su ajuste al milímetro antes de la fabricación y montaje. Así, se evitan errores lo que deriva en un ahorro de costes.
La colaboración público-privada es la mejor fórmula para una economía más digital, competitiva y sostenible. El reto es avanzar a un mismo ritmo y poner el foco en los proyectos más transformadores.
Adaptarse al cambio
La formación es el primer requisito para que la digitalización cuaje. Los nuevos profesionales deben desarrollar nuevas habilidades. Se necesitan personas capaces de entender, impulsar y gestionar el cambio.
La voz de nuestros expertos
Telefónica Empresas se adapta al nivel de madurez tecnológica de cada empresa para cubrir todo el espectro, desde la organización y los procesos a los recursos tecnológicos y la cultura corporativa. “Y en todos tenemos en cuenta al trabajador, considerando su productividad y la seguridad como aspectos relevantes”, explica María Eugenia Bórbore, gerente de Desarrollo de Negocio de Verticales en Telefónica Empresas.
