La transformación digital de la educación se está acelerando. Y va a suponer un cambio profundo en el modelo de enseñanza. La pandemia y el confinamiento obligaron a pasar de una educación presencial a una totalmente digital. La situación se ha estabilizado y profesores y alumnos han vuelto a las aulas, pero con una nueva lección aprendida. La tecnología se ha descubierto como un elemento transformador, que permite avanzar hacia una educación más igualitaria e integradora. Al hablar de adolescentes y tecnología, se suele abordar el tema desde el pesimismo y enfocado al ocio. Los niños de hoy en día están pegados a los móviles, juegan demasiado a videojuegos, pasan demasiado tiempo en internet. Pero estas realidades no siempre suponen un riesgo, también pueden convertirse en una oportunidad. Lo digital es un catalizador y un detonante para potenciar el aprendizaje. La tecnología puede servir para hacer más atractivos los contenidos académicos, para reducir desigualdades y preparar al alumnado para un futuro que, irremediablemente, va a ser digital. Telefónica Empresas y sus partners han decidido preguntar a los protagonistas de este cambio. Profesores, directivos de centros y familias han plasmado sus esperanzas y preocupaciones en un estudio elaborado por Ipsos. Del mismo se extraen conclusiones esperanzadoras. La tecnología ayuda a tener más recursos educativos, facilita la actualización de contenidos, haciéndolos más actuales y reduce la brecha digital en el aula. Lo destacable de estos logros es que son percibidos como tales en proporciones similares. Profesores, familias y directivos observan la digitalización del sistema educativo desde prismas distintos, pero parecen coincidir en sus conclusiones. Pero la tecnología también plantea algunas preocupaciones. El ciberacoso, el acceso a contenidos inadecuados y la seguridad informática son los más recurrentes en un entorno, el online, que demanda un nuevo tipo de control y seguridad. El alumnado tiene que aprender a usar con responsabilidad esta nueva herramienta en un contexto educativo. Pero esto supone un reto también para los profesores, pues necesitan una formación en competencias digitales y aprender a usar nuevas herramientas. 
La educación ya no es presencial, es híbrida
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