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“Vamos hacia una medicina personalizada de precisión, orientada al paciente”

Intervenciones quirúrgicas en remoto, prevención eficaz de enfermedades, reducción de listas de espera… El sector sanitario está en proceso de alcanzar esas deseadas metas gracias a la digitalización y las nuevas herramientas digitales, en cuya implantación Telefónica Empresas desempeña un papel fundamental. Sergio Fernández García, Responsable de Desarrollo de Negocio eHealth en Telefónica España, subraya los beneficios de la digitalización y cuáles van a ser los siguientes pasos en el camino de la transformación del sector de la salud.

Los avances tecnológicos están revolucionando todos los sectores y muy especialmente el de la salud

Así es. Creemos que se está dando un paso adelante en la apuesta por la digitalización y la pandemia ha sido en parte responsable de ello. Nuestro objetivo es ayudar a transformar digitalmente un sector tan complejo como el sanitario, en todos sus ámbitos de actuación. Y para ello, lo primero es conocer muy bien sus retos y necesidades. En Telefónica Empresas estamos apostando cada vez más por la sanidad digital y formar parte del equipo es un reto ilusionante para todos los que estamos implicados.

¿Cuál es el futuro de la sanidad?

Será como los líderes en el sector quieran escribirlo. Lo bueno es que ya se ha producido el cambio de mentalidad necesario. Es ya un horizonte visible, que tiende cada vez más hacia una medicina personalizada, orientada al paciente; con mayor foco en la prevención que en la cura; más segura y eficiente; con sistemas que ayuden a la toma de decisiones en tiempo real, donde se haga uso del valor del dato como un instrumento habitual como lo pueda ser un otoscopio.

Y con servicios sanitarios realmente interoperables, donde el paciente acceda a su historia clínica en su móvil de manera rápida y sencilla (pero segura) y que recoja episodios clave de su salud tanto si ha sido tratado en la sanidad pública como en la privada. Ramas como la genética, unida a la inteligencia artificial y el análisis del dato, permitirán un mejor diagnóstico y predicción de enfermedades. La telemedicina y el control remoto de patologías crónicas a través de dispositivos médicos wearables será algo habitual. Y no hablamos de ciencia ficción: mucha de la tecnología comentada ya está disponible y se han demostrado sus beneficios, pero queda implantarlos a otra escala y no solo de manera aislada.

¿Cómo ha transformado la pandemia el sector?

Ante esa situación de vulnerabilidad se han cambiado algunas formas de trabajar, a veces de manera forzada y por las circunstancias. Pero, sobre todo, se ha reflexionado sobre si una mayor digitalización y una adecuada organización hubiese ayudado a anticiparse mejor. El consenso ha sido total: hubiesen contribuido en muchos aspectos. Se han identificado los retos a acometer, pero queda aún mucho camino por recorrer como para confirmar que esa transformación se ha dado. Lo que es seguro es que se han asentado las bases para hacerlo y que la apuesta de los líderes del sector es firme. Y esto es fundamental, pues la transformación digital del entorno sanitario no iba a ser posible sin un cambio en el modo de hacer las cosas, un cambio de los modelos organizativos (van a surgir nuevos roles) y de la forma de gestionar los equipos y procesos. De este modo y no de otro, la tecnología que ponemos a su servicio podrá ser aprovechada al máximo. Lo positivo es que cuando comprueben su utilidad, los profesionales se adaptarán rápidamente a este modelo de cambio, pero tiene que darse ese esfuerzo inicial para ponerla en uso.

¿Qué aporta la tecnología al sector?

La tecnología va a ser el gran aliado de la medicina, pocos sectores se van a ver tan favorecidos como el de la sanidad a medida que aquella se aplique de manera homogénea y generalizada. Su implantación se va a poder medir en valor, no solo aportando eficiencias como ahorros de costes, algo vital para la sostenibilidad del sector ante un aumento de la esperanza de vida, sino que vamos a obtener resultados en términos de vidas salvadas, gracias a diagnósticos rápidos y precisos, a la reducción de las listas de espera, al descenso de los reingresos hospitalarios y a la mejora de la salud y calidad de vida de las personas. Estamos hablando de indicadores irrefutables en un terreno como la salud, lo primero para todos.

¿Qué tecnologías están cambiando la sanidad? 

Igual que los equipos de alta tecnología, como TAC [un examen médico de diagnóstico por imágenes] y ecógrafos, revolucionaron la sanidad hace años, ahora lo están haciendo otras tecnologías habilitadoras, como la analítica del dato y la inteligencia artificial para la toma de decisiones o la ayuda al diagnóstico, o la aplicación de la telemedicina para la universalización de la sanidad a todos los ciudadanos.

Un pediatra, por ejemplo, podrá atender a un niño en una población lejana, sin necesidad de que pierda tres horas en el desplazamiento. El IoT [internet de las cosas] y los dispositivos médicos conectados también están revolucionando y empoderando al paciente, que podrá acudir a su centro médico cuando realmente lo necesite, sin dejar de controlar por ello su enfermedad. La suma de estas tecnologías también está cambiando áreas clave del hospital, y tenemos ya ejemplos de conceptos novedosos como el de smart hospital o smart UCI, que van a permitir tomar decisiones en tiempo real sobre todo que rodea al paciente y a los profesionales sanitarios. Se abre un reto también en términos de ciberseguridad: la digitalización también requiere un mayor control sobre la privacidad y seguridad de los datos del paciente, pero de nuevo la tecnología tiene de sobra capacidades para que este aspecto, tan vigilado en sectores como la salud, no sea una barrera para avanzar hacia el futuro.

¿La digitalización contribuye también a optimizar la gestión? 

Por supuesto. Los hospitales son grandes espacios (el Servicio Andaluz de Salud, por ejemplo, es la empresa más grande de Andalucía) donde es necesario eficientar y mejorar múltiples procesos: desde la eficiencia energética, las herramientas de planificación de equipos (en algunos centros aún se planfica en papel), la eliminación de silos de información, hasta las herramientas colaborativas entre profesionales independientemente de la ubicación de estos. Conviene recalcar también que la tecnología no viene a sustituir al profesional, sino a acompañarle para que pueda dedicarse a lo que realmente importa, el paciente.

¿Más tecnología significa menos listas de espera?

En efecto, del mismo modo que la inteligencia artificial reduce los tiempos de diagnóstico, el IoT ayuda a reducir las listas de espera. Lo hemos visto en algunos hospitales de nuestro entorno, donde se ha implantado un sistema que aúna el IoT y un potente software, en cuya instalación ha intervenido Telefónica Empresas, mediante el cual se mejoran los procesos de áreas clave como el Quirófano o Urgencias. Al paciente se le asigna una pulsera inteligente (un simple beacon bluetooth) que va generando alertas a todos los profesionales del centro, de modo que cuando es llevado en camilla al quirófano avisa al anestesista, al cirujano… Se ha demostrado que aumenta el rendimiento de los quirófanos en un 10%. Dicho de otro modo: es como si trabajasen un mes más al año, con lo que las listas de espera se están reduciendo, lo que resulta crucial para el paciente en espera de una intervención.

En ese contexto, ¿el 5G será la palanca que marque un antes y un después?

El 5G nos aporta muchas ventajas, entre ellas una mayor velocidad y una baja latencia, que será clave para la sensorización y la comunicación entre máquinas, en este caso equipos de electromedicina. Tendrá aplicaciones que aún no imaginamos, pero algunas ya se están poniendo en práctica y son bastante relevantes: en teleoftalmología (como la herramienta Ocuexplorer 5G, basada en nuevas tecnologías ópticas, técnicas de telecontrol, comunicaciones 5G e inteligencia artificial para ayudar en la prevención y diagnóstico de enfermedades oculares); en telecirugía, con asistencia en remoto en operaciones críticas, la realidad virtual y el 3D, para trabajar con el plano real y virtual al mismo tiempo y tomar decisiones, o para la docencia del profesional; y en el campo de las emergencias, la ambulancia conectada, que hará de estas verdaderas UCIs móviles conectadas en tiempo real a las urgencias de los sistemas sanitarios.