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“El empleado es el motor del cambio y es absolutamente necesario acompañarlo en el desarrollo de sus capacidades”

Los continuos avances tecnológicos obligan a que los empleados de las empresas deban estar preparándose continuamente para aprovechar al máximo las posibilidades de la transformación digital. Por tanto, nunca antes, la formación corporativa se ha vuelto tan imprescindible. Telefónica acompaña a las organizaciones y a las empresas en todo el proceso. “Nos encontramos en la era del aprendizaje”, dice en entrevista Rosalia O’Donnell Baeza, directora TED en Telefónica.

En estos días de cambios vertiginosos, ¿a qué retos se enfrentan las empresas y los empleados en el ámbito de la formación?

En plena transformación digital es evidente que el empleado es el motor del cambio: de él depende que se materialice el incremento de la productividad que aporta la digitalización. Para que se convierta en dicho motor, es absolutamente ineludible dotarle de nuevo conocimiento y acompañarlo en su desarrollo profesional. Nos encontramos en la era del aprendizaje y hay que formar a las plantillas de las compañías para que sean capaces de accionar esta potencia que nos trae la transformación digital y traducirla en mayor competitividad.

¿Son las grandes empresas y las Administraciones Públicas conscientes de esta necesidad?

Sí, y están poniendo el foco en ello. Tenemos 300 clientes con los que estamos trabajando constantemente en programas de upskilling y reskilling, con el objetivo de mejorar las competencias de sus equipos de empleados o las evolucionen hacia las nuevas habilidades o disciplinas que se demandan por los cambios que estamos viviendo. Es una condición sine qua non para la supervivencia de las empresas y su competitividad.

Pasamos de hablar de formación a aprendizaje, ¿qué diferencias hay entre ambos conceptos?

A mí me gusta hablar de aprendizaje, ya que tiene un carácter eminentemente práctico. El aprendizaje integra la formación clásica y la más informal que se sucede en otros contextos, con otras dinámicas, y afortunadamente ahora la tecnología y las nuevas metodologías nos permiten realmente diseñar experiencias formativas que combinan diferentes ámbitos y que la formación sea sinónimo de aprendizaje efectivo, de tal forma que se traslade a su quehacer de manera inminente.

Actualmente, se habla mucho de nuevas competencias. ¿Cuáles son?

Creo firmemente en la importancia crucial que están adquiriendo las competencias o habilidades ya que son las que nos van a ayudar a enfrentarnos a un entorno como el que nos encontramos: complejo, sujeto a incertidumbre, tecnológico, etc. Competencias como la adaptación al cambio, la resiliencia y el saber reinventarnos son críticas. También es crucial el pensamiento crítico, teniendo en cuenta que muchas normas aún no están escritas o se transforman con gran facilidad. Y una que a mí me encanta: la capacidad de aprender y desaprender (learnability). La combinación de actitud positiva hacia el cambio, la curiosidad y la capacidad de aprender es lo que nos permite manejarnos en momentos tan cambiantes como este. El “esto se hace así” hoy ya no vale; lo más probable es que haya que encontrar otros caminos, por lo que hay que desaprender ciertos códigos e incorporar los nuevos. Por otro lado, teniendo en cuenta la complejidad de los retos a los que nos enfrentamos, pienso que la creatividad y el trabajo en equipo son fundamentales.

Son capacidades que no se enseñan en la escuela ni en la universidad…

Cada vez se potencian más desde etapas tempranas de la formación, pero gracias a las nuevas tecnologías en las empresas es posible incorporarlas de un modo más efectivo. Podemos generar entornos virtuales, dinámicas de juego que facilitan desarrollar este tipo de habilidades generando entornos de decisión o de trabajo en equipo donde es muy sencillo ponerlas en práctica.

¿Hay dos ramas dentro del aprendizaje: las encaminadas a desarrollar las habilidades blandas y las necesarias para usar la tecnología? 

Gracias a las soft skills la persona va creciendo, mientras que las capacidades digitales relacionadas con nuevas herramientas exigen nuevas capacitaciones de conocimiento. En nuestra principal plataforma de educación digital, Miríadax, las personas pueden realizar un aprendizaje continuo y avanzar en ese long life learning en función de sus intereses y a la medida de sus necesidades.

¿Cómo puede abordar una empresa un plan de formación?

No hay una forma única. Con base en su plan estratégico y los retos a los que se enfrenta, debe establecer cuáles son las capacidades críticas del equipo, medir su nivel en esas capacidades críticas, y a partir de ahí desarrollar un plan de formación que debe poner al empleado en el centro, utilizando las posibilidades que nos ofrece la tecnología al servicio del aprendizaje y todo el conocimiento del que disponemos para poder crear ese plan de modo que se ajuste realmente a las necesidades de los empleados y las características de la organización. No es lo mismo formar a un empleado de oficina que a uno de fábrica que a otro que está en movilidad. No solo hay que identificar el qué, sino el cuándo, el dónde, el cómo y sobre todo, el para qué. Y la tecnología nos permite aplicar soluciones muy efectivas.

¿Qué pasará con las empresas que no se sumen a este cambio cultural?

Lógicamente las organizaciones, en aras de su competitividad y productividad, e incluso de su supervivencia, no aprovechar los beneficios de la transformación digital me parece impensable. Pero esto no es solo un asunto de empresas, es de personas, ya que el motor del cambio es el empleado, y necesita sentirse acompañado en este proceso para que pueda capitalizar esas mejoras y devolverlas en competitividad.

¿Qué impacto van a tener o cómo pueden aprovechar las empresas los fondos europeos?

Los fondos de recuperación promueven la innovación y la transformación digital, y está claro que para ser capaces de accionar eso, el empleado es, como no me cansaré de repetir, el motor del cambio. Por ello, se incluye un capítulo fundamental a la formación de la población activa de este país. Eso es fundamental para la competitividad tanto de las empresas como de la sociedad. Sin duda, van a impulsar esta capacitación. Sobre todo, en la parte de competencias digitales.

¿Qué aporta en este ámbito Telefónica?

Experiencia y excelencia. Contamos con 20 años de experiencia en proyectos de e-learning a más de 300 clientes a los que estamos acompañando desde la definición del plan estratégico hasta la gestión del día a día de su plan de formación, su evolución, las métricas, el ROI… Les acompañamos en tres grandes áreas: una especializada en desarrollo de contenidos de e-learning, con equipos de consultores, pedadogos  y diseñadores multimedia; otra, eminentemente técnica, que ofrece soluciones tecnológicas específicas como biometrías para exámenes en remoto, implementación de proyectos basados en realidad virtual…; y por último con equipos de learning office que gestionan el end-to-end de la formación, desde la administración de la plataforma y los usuarios hasta el reporte y la evolución del plan de formación, con analíticas para la mejora continua.