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“El 5G viene a mejorar nuestras vidas”

La tecnología 5G ya llega al 80% de la población española y avanza con rapidez en el ámbito de las empresas. Esta quinta generación de telefonía móvil supondrá una aceleración del Internet de las Cosas (IoT), big data, realidad virtual, drones o robótica y mejorará la productividad, la movilidad y la rentabilidad de las compañías. Transmitir esos beneficios es una de las tareas a las que se enfrenta Andrés López Hedoire como director de Márketing de Producto Empresas de Telefónica.

En la hoja de ruta de la Secretaría de Estado para el Avance Digital  del Gobierno de España se hablaba de 2020 como el año de despliegue de las redes 5G. ¿Se ha logrado?

Sí. Es ya una realidad. El año pasado, en Telefónica lanzamos las redes 5G y alcanzamos el 80% de cobertura de la población. Ahora estamos introduciendo los primeros servicios para empresas.

Contamos con la experiencia adquirida en los tres últimos años en cerca de 80 proyectos de innovación con clientes reales en los segmentos de industria, logística, turismo, automoción, eHealth, educación, banca, TV, deportes y espectáculos entre muchos otros.

La Comisión Europea subrayó la necesidad de implantar las redes 5G en cuatro sectores concretos: automoción, salud, transporte y ‘utilities’. ¿Son estos los primeros que se están transformando?

La industria es el sector donde la aplicación es más inmediata. Hablamos de soluciones de robotización, de drones, de asistencia remota. Efectivamente, tiene especial impacto en automoción, transporte, logística y utilities, que consideramos industria. En utilities, los drones con inteligencia artificial de captura de vídeo permiten interpretar información en grandes superficies. En el sector de la salud, el 5G habilita, entre otras cosas, soluciones de telemedicina: por ejemplo, capturar una imagen de tu ojo en remoto, en una zona despoblada, tratarla mediante inteligencia artificial, y si hay algún problema, que se pueda atender al paciente en un hospital.

 

En definitiva, ¿con el 5G vamos a vivir mejor?

En la empresa aporta una mejora de la calidad y competitividad… Las que no se suban a ese carro van a tener un problema de continuidad y subsistencia. En el ámbito particular, en la medida que las administraciones públicas adopten estas tecnologías vamos a vivir mejor. Por ejemplo, una ambulancia podrá transmitir al hospital las señales vitales del paciente, de forma que un médico reciba al instante esa información para poder tratarlo según llegue. Se avanzará en el concepto de ciudades inteligentes: se podrán analizar en tiempo real datos de tráfico o niveles de contaminación para poder tomar decisiones al instante. Si somos capaces de conectar un semáforo con un coche, podremos evitar atropellos. Efectivamente, nos va a llevar a mejorar nuestra vida.

¿Qué se necesita de las administraciones públicas para que el 5G se consolide?

Probablemente, tres cosas:

 

 

  • Agilidad, para habilitar estas nuevas capacidades.
  • Apoyo, y aquí los fondos europeos de recuperación deben ayudar a dar un impulso más al despegue del 5G y a facilitar que las empresas puedan ir creando estos servicios digitales. 
  • Y que la propia administración sea motor del cambio en el uso de estas tecnologías: en sanidad, educación, ciudades…

Tres beneficios concretos que puede obtener una empresa con la tecnología 5G

En primer lugar, y en la industria, la flexibilidad absoluta. Hoy una planta es un lugar totalmente cableado. Cambiar una línea de producción supone un esfuerzo enorme para una empresa. Si todos los elementos están conectados por 5G, puedes cambiar esa línea sin tener que volver a cablear toda la planta. Segundo: la mejora radical de la calidad. Vas a poder monitorizar todos los elementos de la planta y en tiempo real recibir esa información para asegurar que la calidad es correcta. Tercero: la predicción. A través del 5G vamos a poder generar modelos digitales que puedan ir prediciendo lo que va a ocurrir en una línea de producción mediante un “gemelo digital”, y tomar decisiones sobre dicha línea.

Para Telefónica es una prioridad absoluta

Es fundamental. La subasta que hemos tenido este verano ha sido el primer paso, y prevemos una subasta específica para empresas a mediados del año que viene. Serán lo que llamamos “frecuencias milimétricas”, que tendrán un uso muy específico para empresas, sobre todo para industrias.

Se habla de que en 2024 llegará un 5G “avanzado”. ¿Eso qué es?

La versión actual es non stand alone: todavía se apoya, en parte, en la red 4G. Llegará una versión stand alone, que vamos a empezar a implementar en producción en 2022, y ahí tendremos nuevas funcionalidades.

El 5G es un estándar que sigue evolucionando: estamos en la versión 17, el 3GPP [el grupo internacional de colaboración de asociaciones de telecomunicaciones que rige los estándares de las redes móviles] empieza a plantear una 19 y algunos fabricantes hablan de que llegue hasta la 21. Mientras llegue el 6G, el 5G va a seguir madurando. En 2022 se liberarán las últimas funcionalidades de la reléase 17 (atrasado debido al covid) y en la versión 18, aprobada este verano por el 3GPP, va a haber mejoras respecto al estándar para tráfico de drones y en realidad aumentada y virtual.

El 5G sigue vivo y va a seguir incorporando mejoras en todos los sentidos. Una de las nuevas funciones es el slicing: permite cortar el espectro en “rodajas” y dedicar cada una a aplicaciones muy concretas. Por ejemplo, en una red de emergencias, habrá una “rodaja” que asegure que los bomberos tengan una capacidad exclusiva que no compita con otros usos.

Uno de los lemas de tu departamento es: “Digitalización verde e inclusiva”. ¿Desempeña también el 5G un papel importante en términos de sostenibilidad?

Procuramos que cada innovación tecnológica sea más eficiente que la anterior. El 5G permite, por ejemplo, gestionar muchísimos más dispositivos en la misma superficie, por lo que el impacto de la huella es menor (antes habríamos necesitado muchas antenas de 4G para poder llevar a cabo esa misma capacidad). Además, nos va a ayudar a implantar soluciones que beneficien la sostenibilidad. Podremos tener una red de sensores medioambientales mucho más amplia, y, por tanto, seremos capaces de reaccionar ante posibles accidentes medioambientales de una forma más efectiva que ahora.