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"El futuro pasa por crear una experiencia de aprendizaje personalizada"

Desde Fundación Telefónica, Luis Miguel Olivas dirige 42, un revolucionario campus de programación que rompe los esquemas de la formación tradicional. En él, los estudiantes son protagonistas de un aprendizaje personalizado, sin docentes, «gamificado», abierto a todos (no requiere titulaciones ni estudios previos) y que garantiza la inserción laboral. Un modelo que invita a reflexionar sobre cómo debe ser la formación del futuro.

¿Cómo definirías 42?

La han descrito como una de las escuelas de programación más innovadoras del mundo. Quedó décima en un ranking de cien. Pero es mucho más: supone una nueva filosofía de aprendizaje. Aquí el alumno viene a aprender de los compañeros, a tolerar la frustración, a adaptarse a los cambios. 42 es más parecido a la vida, donde primero surge el problema y luego se busca la solución. Cuando un alumno nos pregunta: “¿Cómo resuelvo esto?”, les decimos: “Búscate la vida”. Desarrollan esa capacidad.

¿Cómo surge la idea?

Nació hace ocho años. La creó Xavier Niel, un empresario francés, y ya está presente en más de treinta campus del mundo. Cuando conocimos la metodología, pensamos: “Hay que traerlo a España”. Implica un cambio de paradigma en la formación. Aquí no existe el docente como tal sino que el equipo pedagógico acompaña y facilita el aprendizaje del alumno, que está en el centro de la toma de decisiones. Forma todos los perfiles tecnológicos que demanda el mercado laboral. Es un campus 24/7 donde se respeta el ritmo de aprendizaje de cada uno.

La formación en 42 es gratuita, presencial pero sin docentes, sin libros… ¿Es ese el futuro de la educación?

La tecnología ha revolucionado todos los sectores; también la educación. Llenar las aulas de tablets no es educación digital. La tecnología sin metodología asociada no se entiende. El futuro pasa por crear una experiencia de aprendizaje personalizada, donde se respeten las necesidades de cada individuo.

En la tradicional éramos un rebaño de ovejas, todos al mismo ritmo. El docente ya no es quien más sabe del contenido a impartir: la información está en Internet. Tenemos que ser capaces de transformar la educación de modo que el docente se convierta en un compañero de viaje. De incorporar la experiencia lúdica en el aula por medio de la gamificación, que se traduce en mayor motivación para los alumnos.

¿Cuál es exactamente tu función en Fundación Telefónica?

Nuestro objetivo es ser catalizadores de innovación educativa. Intentamos traer modelos innovadores, experimentarlos y demostrar que funcionan, para que las instituciones públicas puedan asumir esas experiencias. Nunca pensamos que en 42 íbamos a tener más 36.000 personas inscritas, que quieren ocupar una de las mil plazas que tenemos en Madrid, de las 800 de Bilbao, de las del centro que acabamos de abrir en Barcelona o abriremos muy pronto en Málaga.

En las primeras 48 horas se inscribieron 8.000 personas. Nos llaman empresas del IBEX 35 porque ven aquí un proyecto que cubre las necesidades del mercado laboral, y que el mundo educativo no cubre. El futuro es la formación no reglada, aunque a las empresas no nos permitan contratar en prácticas a personas sin titulación. Hay que romper con la titulación.

¿No está para eso la Formación Profesional?

La Formación Profesional (FP) es el entorno educativo clave del desarrollo productivo y de la recuperación económica. Debemos impulsarla mucho más. Tenemos un problema en España con los perfiles que salen de FP. Pero por desgracia aún está muy arraigada aquella vieja ideas: “El que vale, a la universidad, y el que no, a FP”. Hay que enterrar ese estereotipo y apostar por ella de verdad.

¿A quién está dirigido 42?

Al principio nos daba un poco de miedo que solo interesara a la élite, a aquellos que ya saben programar y quieren mejorar sus aptitudes. Pero la realidad es que hay perfiles muy diversos. La mitad de los alumnos no sabe programar. Casi el 90% no ha usado nunca un ordenador Mac. Muchos vienen de sectores menos digitalizados como la hostelería, el turismo, transporte,… también tenemos estudiantes de arquitectura, de ADE, de artes, de humanidades… Antonio, psicólogo, nunca había programado. “Quiero desarrollar mi propia plataforma web para hacer terapia on line”, nos dijo. Después de pasar 26 días en una de nuestras piscinas, acabó en el número dos de su promoción. Podría hablarte de María José, diseñadora creativa, o de Macarena, madre de dos hijos. El único requisito para acceder a 42 es tener más de 18 años y la capacidad de adaptarse a una situación de aprendizaje totalmente innovadora. La edad media es de 32 años; tenemos alumnos de 18 a 61. 42 da oportunidades a todos.

¿En qué consisten esas ‘piscinas’?

Para entrar en 42 tienes que pasar un test de memoria y otro de pensamiento lógico matemático mínimo y ya estás habilitado para coger plaza en la piscina. En estas, durante 26 días seguidos, muy exigentes, el estudiante va a enfrentarse a un proceso de selección natural. Hay gente que se queda en el camino. Es una metodología muy atractiva para gente que se aburría con el aprendizaje tradicional. Durante 26 días van a trabajar preguntando al compañero de al lado, buscando información en Google, formando equipos; va a haber momentos en los que los alumnos se evalúen entre sí. Hay exámenes muy duros: el último duró ocho horas. Quien es capaz de pasar esa piscina ya tiene las habilidades mínimas para dedicar los años que quiera al curso oficial de 42. Hay 21 niveles de aprendizaje y tiene un 100% de inserción laboral.

Se dice que hoy tan importante como adquirir conocimientos sobre una materia es desarrollar ciertas habilidades. ¿Es realmente así? ¿Por qué?

El conocimiento siempre va a sumar, pero para les empresas son fundamentales las habilidades más transversales. Necesitamos personas que tengan la capacidad de trabajar en equipo, de ser creativos, de innovar, de adaptarse a los cambios

Hoy te formas en un lenguaje concreto, como por ejemplo Phyton, pero en tres años cambia la tecnología, y si no has adquirido esas habilidades te va a costar mucho reinventarte. Hay un problema social en España: ¿Qué hacemos con tantas personas que necesitan reinventarse? Se requiere una transformación cultural. En 42 nos dimos cuenta de que había que unir al conocimiento dichas habilidades. Aquí hacen un máster en tolerancia a la frustración.

¿Qué nuevos perfiles profesionales asoman en el horizonte?

Todo lo que tiene que ver con los datos, inteligencia artificial, 5G, los vehículos autónomos… nos va a cambiar la vida. En torno a estos avances se van a crear nuevas profesiones. 

Tenemos una herramienta basada en big data e inteligencia artificial que nos ayuda a detectar en tiempo real la demanda del mercado laboral. Sectores tradicionales, como la construcción, se van a transformar.